La Matanza de Puerto Hurraco fue un violento suceso que tuvo lugar en el municipio de Puerto Hurraco, en la provincia de Badajoz, España, el 26 de agosto de 1990. Esta matanza se convirtió en uno de los episodios más sangrientos y brutales de la crónica negra del país.
Los responsables de la matanza fueron dos hermanos, Emilio y Rafael Jiménez, quienes pertenecían a una familia de ganaderos de la localidad. Los hermanos, conocidos por su mala reputación y sus problemas con la justicia, se vieron envueltos en un conflicto con la familia de los Cortés, con quienes mantenían diferencias personales por temas económicos y sentimentales.
El día del suceso, los hermanos Jiménez decidieron tomar la justicia por su mano y se dirigieron a la casa de los Cortés armados con escopetas. Sin mediar palabra, comenzaron a disparar indiscriminadamente contra los miembros de la familia, matando a cinco personas e hiriendo gravemente a otras dos.
Tras cometer la matanza, los hermanos huyeron y se refugiaron en distintos lugares de España, donde fueron finalmente detenidos y condenados a penas de prisión. Emilio Jiménez recibió una condena de 684 años de cárcel, mientras que Rafael Jiménez fue condenado a 127 años.
La matanza de Puerto Hurraco generó una enorme conmoción en España, debido a la brutalidad de los hechos y su repercusión mediática. Este suceso ha sido objeto de numerosos estudios y análisis, no solo por la tragedia en sí misma, sino también por el contexto social y familiar en el que se desarrolló.
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